El maridaje, definido por la RAE como “la unión, analogía o conformidad con que algunas cosas se enlazan o corresponden entre sí” se ha puesto de moda.
Todo empezó con apariciones puntuales de la palabra en catas y menús de esos restaurantes que tienen un precio asequible pero que se envuelven de un aire moderno. Rápidamente el uso del término se extendió, las uniones de vinos y comida constituían un “perfecto maridaje” pero los más atrevidos querían llegar más allá e incorporaron un nuevo elemento, la música.
Con este concepto tridimensional como base: vino+comida+música, comenzaron las variaciones. Modificaciones de luz, experiencias sensoriales, suprimir la visión para potenciar la sensibilidad del resto de sentidos y un largo etcétera de innovaciones que buscaban sorprender al comensal ofreciéndole una oferta más completa, más atractiva. Y ahora ha llegado una nueva incorporación al mundo del maridaje, Wine&Sex, un proyecto gestado por Bodegas Monje basado en tres aspectos relacionados con el placer: vino+comida+sexo.
Durante los Wine&Sex los comensales son estimulados a través de sus sentidos con sabrosas recetas, diferentes vinos y con una mezcla de interpretación y exposición de juegos y juguetes eróticos. Felipe Monje, director de las bodegas, ha optado por dar un paso más allá en el disfrute y jugar con el órgano más importante en la generación del placer, nuestro cerebro. La exposición continuada a estímulos provenientes de la comida y el vino unida a la imaginación y la sugestión convierten a este acontecimiento en un homenaje a nuestro lado más hedonista.
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