Blog Mínima: agosto 2012

De lo común a lo extraordinario

Hoy una amiga del estudio reflexionaba sobre el romanticismo, cómo se experimenta y cómo se vive. Los acontecimientos que nos suceden cada día pueden ser vividos de forma ordinaria o pueden someterse a una transformación y convertirse en extraordinarios.

El día a día, la repetición de los acontecimientos desemboca en el tedio. Lo que inicialmente era percibido como novedad se convierte en rutina y deja de tener ese valor que caracteriza a lo único o a lo exclusivo. Como dicen los entendidos en marketing "el valor de la unicidad del producto".

Pero que algo se repita día tras día no significa que no pueda volverse exclusivo. A veces pequeños cambios pueden generar grandes experiencias, y de todo tipo además.

Hay padres capaces de hacer que llevar a su hijo hasta la parada del transporte escolar se convierta en toda una aventura. Es el caso de Dale Price, que durante un año acompañó a su hijo en este trámite matinal disfrazado de algo distinto cada día.



Para el hijo, un adolescente de unos 15 años en aquel momento, quizá la experiencia fue demasiado extraordinaria o quizá no.

Convertir una lucha diaria en un divertimento, esté fue el objetivo que se marcó Heinz. Ayudar a las madres en la preparación de platos para que sus hijos coman todo tipo alimentos, y funcionó.




Existen aquellos capaces de hacer lo extraordinario aún más memorable y añaden diversión a fórmulas que parecía que no se podían modificar.



Lo mismo ocurre en un ámbito más profesional, en el cine. Los créditos cuya aparición es necesaria se convierten en algo extraordinario y adquieren personalidad propia cuando se traspasa la mera incluso de caracteres.


Hay quienes deciden convertir un proceso de venta en un pequeño show, rompen los esquemas prefijados sobre cómo deben hacerse las cosas y deciden hacerlas a su forma.


Romper lo cotidiano es sencillo, basta con darle un pequeño giro en la forma de presentarlo, acompañándolo con música o mezclándolo con un poco de locura. En definitiva se trata de disfrutar de cada experiencia como si fuese única y jamás se hubiese repetido.

Es sencillo, sólo hay que intentarlo.


Disueltos en amarillo y negro

Aparcar en el centro de Santa Cruz es saber que a la vuelta tendrás correo. Nos referimos a esos papelitos que inundan los limpiaparabrisas y que suelen tener tres procedencias: un compro-oro, clases particulares o un chamán (esta última versión está desapareciendo).

Cuando vuelves después de 8 horas de trabajo frente al ordenador, tus ojos ven un poco borroso pero son capaces de distinguir esos DINA6 que ocupan el sitio de las multas (preferimos millones de estos papelitos a los que dejan los señores policías locales). En este momento, tras esa visión lejana que te hace pensar "otro compro-oro" acaba el proceso de comunicación y efectividad de esos intentos publicitarios. ¿Se han dado cuenta de que la inmensa mayoría son iguales?

Tipografía negra sobre fondo amarillo. Denominación tipo: Compro Oro Juani. Acompañado de imágenes de azafatas o alhajas. Números de teléfono de dimensiones gigantescas. Frases que aportan fiabilidad y nunca oídas como: "Aquí sí que tenemos el mejor precio por el oro", "Nosotros realmente pagamos al instante"

Es habitual acumular tres o cuatro papelitos amarillos en el coche para después tirarlos en una papelera, a veces conviven varios días con nosotros hasta que nos decidimos a tirarlos sin haberlos leído. Antes de tirarlos, si eres un poco curioso detectas que aunque a primera vista parezcan una sucesión de clones son diferentes, bueno, queremos decir que son ligeramente diferentes. Si hacemos un símil con el ser humano podríamos definirlos como septillizos o algo así, personas muy similares entre sí pero que cuentan con ligeras diferencias.

¿Habrán reflexionado al respecto esas empresas aurinegras? ¿Querrán fagocitar clientes a su competencia a través de tácticas de confusión? ¿Serán conscientes de que esas similitudes hacen que la elección de un compro oro frente a otro esté completamente relacionada con el azar?

La verdad es que seguir el método de la invasión sin distinción no está aconsejado en ningún manual publicitario pero se han ganado un post en nuestro blog. Si nos fiamos del refranero popular tendremos que admitir que "el que la sigue la consigue", aunque también dice el refranero que un clavo saca a otro clavo y la versión empírica dice que a veces en el espacio de un clavo no cabe nada más y mejor usar la parte trasera del martillo.

En fin, con esto del espíritu ecológico y el reciclaje pensaremos qué utilidad le podemos dar a tanto papelito.