Blog Mínima: junio 2013

Tinta en la piel

El arte del tatuaje ha acompañado al hombre durante siglos. Inicialmente concebido como partes de ritos de iniciación o como medallas de conquistas de mares con el tiempo han modificado su significado y hay quien los concibe como parte del street art.

Todos conocemos ha personas que lucen tatuajes y muchos hemos sentido la tentación de hacernos un dibujo en nuestro cuerpo pero surge esa duda de si quedará bien y si nos gustará. Para los más temerosos hemos seleccionado una muestra de las posibilidades infinitas y extraordinarias que ofrece la tinta en la piel.

Helena Darling Tattoo nos enseña cómo homenajear con un estilo impecable a uno de los más grandes artistas de todos los tiempos:




Mulie Addlecoat nos enseña qué es la perfección en la definición de las formas y un uso del color comedido:




Aaron, uno de los creadores de Guru Tatto en San Diego tatuó esta composición como una oda a los colores vívidos y a la inspiración en ilustraciones clásicas:



Para los amantes de el estilo gamberro y real con reminiscencias pop, Michael Arneson propone este tipo de composiciones:


David García revisa las ilustraciones mejicanas dotándolas de un aire más actual y sensual:


Los chicos de Santa Cruz Studio trabajan ilustraciones con inspiración Tim Burton (Karlos) y también dibujos planos en tinta negra (Aarón)











Unos tipos móviles

Johanes Gutemberg trabajaba para la Imprim & Ir Company, una multinacional con sede en Maguncia. Johanes amaba los retos, era famoso por cumplir con plazos de impresión imposibles y trabajar sólo con los mejores artesanos y las tintas más selectas.

Un hombre con una capacidad de trabajo excepcional pero con un vicio, las apuestas. Era capaz de apostar sus sueldo casi sin pensar, apostaba en carreras, en juegos de mesa, en competiciones de comer y beber, cualquier excusa era buena para tentar a la suerte. Su madre, Else, solía decirle que de tanto apostar iba a gastar su suerte y acabaría con un futuro triste y negativo, pero él creía que era supersticiones de una mujer entrada en años.




Un lunes lluvioso mientras comía chucrut y bebía una cerveza de medio litro fabricada por un tal Paulan en el pub más grande de Maguncia se le acercó un hombre misterioso, con ropas procedentes de otro país quizás Turquía o Egipto. Tras escrutarlo durante unos segundos le preguntó con un marcado acento: tengo un reto para ti, ¿aceptas?. Gutemberg levantó la vista y sin pensar asintió con la cabeza, ni si quiera sabía de qué se trataba pero era una apuesta y llevaba dos semanas en racha. El hombre le explico que quería 100 libros de 100 páginas impresos en 10 días, era un reto que nadie había conseguido cumplir antes. Estrecharon la mano, el hombre entregó el ejemplar que debía reproducirse y lo citó en el mismo lugar 10 días y medio después.

Gutemberg aparcó todos sus trabajos y se dedicó día y noche a la impresión de las obras, llamó a su especialista en creación de moldes y le ofreció una cantidad desorbitada de dinero con una única condición, debían ganar la apuesta. Después de tres días, su hombre de confianza comenzó a quejarse de dolores en los brazos y en las manos, le dijo que no podría continuar creando los moldes, que desistía.

Johanes enfureció, nunca había abandonado una apuesta, las había perdido y las había ganado pero siempre lo había intentado hasta el final. Iracundo lanzó una de las planchas contra su ayudante que escapó gracias a unos buenos reflejos. El molde chocó contra una de las máquinas y se hizo añicos, había trozos por todos lados, palabras truncadas y letras sueltas.

Letras sueltas. Letras sueltas. De repente Johanes dejó de gesticular y de proferir improperios, mando al ayudante a casa, una idea acaba de cruzar su cabeza. Tipos móviles, letras repetidas para combinarse a placer y convertir a la impresión en una fórmula que requeriría un esfuerzo mínimo. Nadie debía conocer su secreto, había dado con la clave para agilizar su trabajo y convertirse en el impresor más veloz del continente.

Su terquedad y su fidelidad al código de las apuestas le llevo a seguir trabajando incesantemente aunque sabía que no podría cumplir los plazos pese a este descubrimiento, si hubiese encontrado los tipos móviles tres días antes todo habría sido distinto.

Al llegar el día señalado se presentó ojeroso ante el extranjero, con el llevaba 78 ejemplares de libros. El visitante se mostró curioso y sorprendido, le reconoció el mérito de ser el impresor que más se había acercado a cumplir el reto, sin embargo no habría recompensa pues aún faltaban 22 ejemplares.

Johanes reconoció su derrota pero le solicitó una nueva apuesta a doble o nada, en 15 días traería 200 ejemplares de ese mismo libro. El extranjero se apresuró a cerrar el trato mientras reprimía una sonrisa de ganador.

A los 15 días Johanes había recuperado su racha de apuestas, se hacía con el dinero del viajero y había escrito en la historia de la impresión a golpe de tipos móviles.



Corto, muy corto

Hay un género de creación que nos fascina, quizá porque estamos acostumbrados a crear piezas sintéticas, algunas que caben en un faldón y otras que deben encajar en 20 segundos, sea por lo que fuere los microrrelatos nos tienen enamorados. Esas pequeñas historias breves, concisas y sorprendentes son toda una delicia y demuestran que cualquier soporte puede trabajarse con creatividad.

Estas historias son un reflejo de nuestra forma de consumir, impulsiva, caótica, frenética. Apenas tenemos tiempo para sentarnos y centrar nuestra atención en relatos complejos y profundos por eso celebramos que el ser humano haya sido capaz de adaptarse sin renunciar a la calidad. ¡¡Bravo señores creativos, buen trabajo!!

Para los amantes del terror con prisas:




Uno de los pioneros de los microrrelatos escritos, Monterroso y su dinosaurio



                             Imagen extraída de lenguasatnaana.blogspot.com



El relato de muchos lunes:


Luis Felipe Lomelí resumió la historia de un emigrante en dos frases:

- ¿Olvida usted algo? - ¡Ojalá!


Los reyes de los relatos breves son los dibujantes de viñetas, capaces de cerrar en un sola imagen toda una historia, como esta de Erlich:



Como dice la sabiduría popular, lo bueno si breve dos veces bueno.



Música para los ojos

Estamos de reflexión audiovisual, y queremos agradecer la invención de una combinación que ha llenado horas y horas de nuestras vidas: el videoclip. Tras la invención de la televisión y con la música como parte de una industria siempre creciente apareció el videoclip como una fórmula más para el impulso de la difusión. Una sinergia hipnótica que nos mantenía atentos durante más de 3 minutos a través de historias, imágenes impactantes, provocaciones y metáforas.

El videoclip ha sido una forma de expresión, un refuerzo del recuerdo, un campo de experimentación... en definitiva un éxito. A lo largo de nuestra vida tanto por su excelente calidad como por su pésima realización hemos acumulado un sin fin de imágenes acompañadas de sonidos que forman parte de nuestra historia. En el imaginario colectivo de las diferentes generaciones hay grandes creaciones que se convirtieron en símbolos. Hoy, un martes como otro cualquiera nos parece que es un buen día para recordar cuáles son nuestros videoclips favoritos.

Queen y uno de sus grandes éxitos





El videoclip que utilizó por primera vez el morphing



Videoclips que buscan provocar



Alanis al desnudo




Bunbury y su lado oscuro



Coldplay y la belleza extraña




No son los mejores, pero están en nuestras cabezas.